¿Qué es la Reflexología podal?

La reflexología podal es una técnica basada en el trabajo sobre el pie, por medio de presiones con los dedos y otras técnicas, de manera que tratando los pies estás obteniendo efectos en otras zonas del cuerpo.

La Reflexología podal influye sobre todo en la prevención y auto curación de las enfermedades, pero en casos de patologías graves deberá utilizarse como complemento de otros métodos, ya que la Reflexología podal contribuye al aumento de las defensas del organismo.

¿En qué consiste el tratamiento?

Un tratamiento con reflexología se inicia realizando una anamnesis completa del paciente para conocer su historia clínica y estado actual de salud, estableciendo así un protocolo de masaje específico para cada caso.

Una vez determinado el protocolo a seguir, el paciente se tumba en la camilla vestido pero descalzo y se inicia un masaje podal ejerciendo presiones fuertes sobre los puntos de los pies que se corresponden con la parte del cuerpo humano que se quiere tratar o aliviar. Durante la sesión se manipulan los dedos, la planta o dorso del pie para activar los órganos.

El tratamiento de reflexología consigue la normalización de las funciones corporales, emocionales y/o mentales mediante estimulo de los centros nerviosos, circulatorios y energéticos.

Finalizado el masaje el paciente puede sentirse muy relajado y con la sensación de flotar tras liberarse de sus bloqueos, sintiendo mucha relajación y la sensación de flotar.

¿Para qué es adecuada?

Este tipo de terapia manual está indicado prácticamente para cualquier tipo de alteración física, psicosomática o emocional, aunque aún no se hayan manifestado.

Algunos ejemplos de sus aplicaciones son: Alteraciones psicosomáticas como insomnio, ansiedad, depresión, estrés, angustia, miedos nocturnos, hipertensión esencial, taquicardias, problemas digestivos, vértigos, desarreglos hormonales, insuficiencias respiratorias y problemas vertebrales, articulares, degenerativos, reumáticos, contracturas musculares, entre otros.